Ser tú, no tu entorno.
Esta es la base para definir una misión clara en el enfoque de la dirección estratégica. Un concepto que guíe e ilumine a los profesionales de la corporación con seguridad, que les permita una convivencia lo más natural posible… ¿Por qué? ¿Para qué? Hablamos, sin duda, de la esencia corporativa.

Es en los profesionales en quien recae el peso de llevarla a cabo, de ejecutarla. Personas de todas las áreas de la corporación que forman un universo de condiciones humanas: los sociables, los retraídos, los reservados, los confiados y desconfiados, los autodisciplinados y los que necesitan ayuda; el tranquilo o el inquieto; el imaginativo, el realista, el independiente, el conformista…  En el momento que alguna de estas características personales lleva a la negación o confrontación de la esencia, se crea una fisura en el orden interno. Se rompe el acuerdo de que la esencia es de todos y para todos. Se desestablece el orden, pues ¡sólo se avanza en equipo!

Es aquí donde se hace ineludible definir una misión: el pilar para la supervivencia de la empresa, basada en el ingenio humano. Una misión no compartida tiene altas probabilidades de que todo lo que se construya, acabe destruyéndose en un momento dado. Por eso, la misión debe cautivar a empleados, colaboradores y clientes. Desde el primer momento.

La magia blanca de una misión con esencia es una combinación de altas dosis de Humildad, Harmonía y Afecto (la fórmula HHA): las dos primeras tienen su referente en la milenaria cultura oriental; la tercera, aparece como el sustrato de la avanzada convivencia de Occidente, en una fórmula que vacuna contra el temido desdén en el trato entre personas, a situarlas en un plano inferior. Ésta es pues, una actitud jerárquica que destruye el talento y aplaca la motivación profesional. Según Pilar Jericó, analista de la gestión del talento, en su libro “NoMiedo”:sólo el 30% de los empleados aportan el 100% de sus valores”. En este sentido, la fórmula HHA potencia la convivencia y el conocimiento.

Una misión “de todos para todos” es un estímulo de vida necesario para la empresa, si bien no es fácil llegar a definirla de forma que responda a lo que uno desea ser. Dicen que uno es feliz si cumple sus sueños de la infancia… por eso, la misión debe ser sencilla de realizar, parecida a un sueño infantil.
De ahí la importancia de… ¡ser tú!