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El desdén está hoy en su apogeo

Publicado por Miguel Carrión el 31 Julio 2007 11:43 en Innovación, Emprendeduría | 2 Comments

La NEUROECONOMÍA permite tomar decisiones con pocos datos, casi de forma instintiva, y tener posibilidades matemáticas de lograr el fin deseado. Neurociencias, economía y psicología se unen en un universo cognitivo para que el management pueda aprovechar mejor sus recursos empresariales, es la intuición como arma de poder. 

La nueva ciencia, la neuroeconomía, forma para la toma de decisiones. Analiza todo lo que en está influye, lo que presiona por encima o por debajo en el acto de decidir. Estudia lo subyacente de la economía y aplica el conocimiento cognitivo para tener, con pocos datos, posibilidad de éxito con la decisión optada.

El investigador de la conducta y profesor de Neuroeconomía de la Universidad de Nueva York Paul Glimcher comentó en una entrevista: “para salir airoso de las situaciones el hombre debe actuar evitando cualquier patrón regular que permita al contrario adivinar su próxima acción… actuar sin seguir un patrón identificable. No actuar de forma predecible”. Sin duda, el ser humano tiene que dejarse llevar por sus estímulos nerviosos, potenciar su libertad decisoria y eliminar, si hay, las causas que lo coartan.

En muchas ocasiones, los “humanos no somos tan libres e idiosincrásicos cuando creemos elegir” y, por supuesto, el entorno presiona y ahoga la posibilidad de poder tomar elecciones. Si existe una actitud de desdén por parte de un superior sobre quién ha de decidir, el miedo a errar anula la inteligencia intuitiva y apaga la creatividad neuroeconómica.

Las personas presionadas por el desdén tienen limitada su voluntad de acción, Gladwell lo menciona en su obra Inteligencia Intuitiva cuando narra los estados emocionales y el psicólogo John Gottman también lo destaca en sus investigaciones sobre inteligencia emocional. Lo que más destruye la libertad de una persona en la toma de decisiones es el DESDÉN, un arma letal en cualquier nivel de una organización si se emplea como crítica profesional de un jefe a su empleado. El desdén mata la iniciativa y, por tanto, el éxito en la toma de decisiones.

Las discusiones, si llegan a una “excitación fisiológica difusa” o  provocan “ruido psicológico”, deterioran la capacidad de las personas para procesar información. Los profesionales sólo son lúcidos cuando están tranquilos y lejos de un estado de furia: un hombre a menos de ochenta pulsaciones por minuto y una mujer a menos de noventa (1). Sufrir desdén es vivir en un plano anímico insostenible y, si lo recibes de alguien a quien amas, llega a repercutir en el funcionamiento de tu sistema inmunológico (2), puede predisponerte a letales enfermedades.

El desdén siempre se lanza desde un plano superior. Por ello, la llave para evitarlo es la educación de los directivos y jefes para que cambien su actitud. Han de trabajar en sus organizaciones con la nueva NEUROECONOMÍA para tener éxito en los negocios. El respeto, el “valor No Desdén”… el mejor aliado para evitar el obstruccionismo en la práctica de la Neuroeconomía.

(1) Gottman, John, Investigación: Cuando las parejas discuten. Volverse Concreto.

(2) Gladwell, Malcom, La inteligencia Intuitiva, pág.40.


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