La próxima es que alimentos y medicamentos se etiqueten en braile; en esta hemos ganado que mil seiscientos ciudadanos ciegos ya ha solicitado votar en “su braile”. José Ángel Carrey lo comenta en entrevista ante Luis Amiguet en La Vanguardia.

¡Marquetinianos!, hay va la cuestión: ¿dónde esta el beneficio? y ¿qué se gana? con conceder este derecho legítimo que ha habido que pleitearlo para que fuese ley.

Los invidentes ante todo, por su reconocimiento y los políticos promotores que con ello fidelizan a este sector de la sociedad. Pero quién realmente gana, es la sociedad, sí, “la ciudadanía”, que se acerca más a los que necesitan especial atención por sus condiciones, nunca elegidas por ellos.

En “el sector alimentación”, pronto, muy pronto los avispados cerebros marketinianos, que casi han agotado los conceptos: bio; extra; más; omega; colesterol; vitamina C; calcio; dos por uno; sin contaminación CO2… por poner unos ejemplos. Ante el hecho será mejor hacerse amigos de quienes necesitan tener amigos para ayudarles, a demás, a consumir.

En “Laboratorios farmacéuticos”, ¡una oportunidad!, una ética oportunidad de efectivamente por un insignificante más coste envase, pueden ganarse la fidelidad de miles de prescriptores que a igual principio activo mejor recetar el que el paciente invidente puede palpar, y de forma subyacente los restos de consumidores detectan con la visión u el tacto la emoción de la solidaridad: Esta empresa, esta marca, piensa en los demás… ¡qué buena marca!.. ¡Has cautivado emocionalmente!

Sociedad, alimentación, medicamentos, todos ganan.