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Ahora, como ha ocurrido en cada fase económica en el mundo empresarial, todos analizan que sujetos son los que ocultan errores y que posibles variables subyacentes pasarán a ser los nuevos sujetos. En el management, cual es el camino seguir con más de los mismo, o sea una posición conservadora en seguir "explotando" lo mismo, pero sofisticando más los métodos tecnológicos y la participación de las personas.O, aventurarse a trabajar con la vista puesta en nuevos horizontes por “descubrir”, para lo que hay que forzosamente cambiar la tecnología y la actitud del personal.

Poder comparar a quién le va bien, para imitarlo, es tarea imposible, no hay referencias. Si intentamos analizar el método empleado por los competidores, con origen en otras culturas, que son la causa mercantil de desestabilizar el mundo empresarial occidental, son inimitables por al abismo que nos separa en sus condiciones geo-sociales. Si, valoramos sus posibilidades tecnológicas, estamos a la par, pero a ellos los costes de conseguirlas, además son inferiores a lo nuestros. La logística también la tiene a favor.

Qué nos queda, cerrar los ojos a esos otros mercados, que ya son diana de ellos, y pasar a focalizar y potenciar nuestros medios comerciales y productivos en los clientes que nos conocen, trabajar en analizar la trayectoria a donde están dirigiendo sus necesidades con posibles nuevos productos o servicios, para poder sorprenderlos, lo antes posible, con soluciones que no tengan ellos, entes de que busquen en otros mercados de proveedores. El mejor comprador de un producto es el propio fabricante de uno similar; valor a explotar como un posible servicio innovador a añadir a nuestro catálogo. ¡Yo, compro para ti!, o lo hará el propio cliente, adelantándonos sin percibirlo nosotros.

La estrategia, nunca mejor empleado este término impreciso ante de acción por determinar, por nuestra parte proponemos el método de: “nadar y guardar la ropa”.

Los académicos y gurús, se encuentran en la tesitura de tener que sugerir a sus pupilos y seguidores que deben de hacer en sus empresas, a donde pueden ir a aprender los nuevos comportamientos y en quién debe de fijarse por casos resueltos. No hay valores de referencia. No hay donde aprender. No hay referencias resueltas.

¡Todo es nuevo! Aparecen nuevos sujetos económicos y nacen otros valores subyacentes. Fortalecerse y enfundarse en esta realidad, aceptar que no ya estamos fuera de la bondad vivida. Las materias primas serán para quién de más precio por ellas, y la energía fósil.

¿Qué queda? Para los empresarios occidentales no vinculados a multinacionales, solo vale el “reinventarse”. Sí, volver a empezar. Analizar en profundidad las debilidades y las fortalezas de nuestra empresa. No perder tiempo, crear un programa para formar el personal, preparado para el ataque y, que objetive como única dirección en los esfuerzos de todos la obtención del objetivo MARGEN.

Elaborar un plan estratégico que soporte:

  • Diseñar un sistema capaz de detectar la tendencia en desviaciones de resultados y errores o faltas en las responsabilidades de los responsables de gestionar el margen.
  • Diseñar flexibilidad creativa, nadie puede predecir donde esta lo mejor para la empresa, trabajar todos en aportar ingenio y valorar las sugerencias.
  • Flexibilizar la estructura de la organización para dar la posibilidad de que surja el talento como consecuencia del conocimiento, el compromiso y la propuesta de acciones objetivadas.
  • Dar oportunidad a escuchar iniciativas que surjan dentro de los directivos, cuadros de mando, colaboradores y clientes.
  • Programas de capacitación orientados a generar “ingenio” en el management.
  • Ajustar la explotación de las áreas de negocios conocidas. Perfeccionar los sistemas de control de resultados.
  • Dimensionar con el criterio de sunk cost <gasto a fondo perdido>, acciones en la dirección estratégica, para aventurarse a nuevos negocios o actuar en nuevos territorios, y en estudios de viabilidad en negocios de dudosa proyección de futuro.

Y, aceptar que la nueva economía, la que nace ante la falta de modelos, es la de “economía de vivir los hechos”. Crear equipo con todos los miembros de la empresa, dar un paso más al método-concepto empowerment, que ha demostrado hoy no ser suficiente en el escenario de la globalización, y evolucionar formando al personal en aceptar la responsabilidad corporativa repartida y objetivada para todos los miembros de la organización empresarial. Entendiendo y aceptando por objetivo que el margen, es el sustento corporativo, del que se vive y del que hay que rendir cuentas.