La neuroeconomía (toma de decisiones económicas a partir de emociones), representa un eslabón más en el poderoso auge que ha adquirido la intuición, la emoción o el instinto en la toma de decisiones. Tras siglos de pugna por lo racional, el siglo XXI gira hacia lo irracional, y ahora a la llamada "inteligencia emocional" <ver post anterior>. La primera impresión, la sensación inexplicable, el golpe de vista. Ésta fue la tesis de Malcolm Gladwell en Blink, el arte de pensar sin pensar; se trata de dejarse llevar por la “intuición o instinto”, ya que el mismo no es una consecuencia de la “nada” el pensamiento que nace se forma con las ideas que tenemos en la mente. Si eres emprendedor, sencillamente, no te acobardes y "emprende", ejercita el innovar, que recuerda no es inventar, sino evolucionar con lo que sabes hacer mejor para lograr elevarlo con el valor de alguna "diferenciación". La innovación suele suscitar nuevos problemas que exigen una mayor inteligencia emocional.

De este modo, lo que llamábamos irracionalidad o sea lo instintivo, no es tal, sino un mix de la racionalidad y de la irracionalidad, compartido para enjuiciar una decisión. La actual hegemonía del impacto sobre la racionalidad o, en suma, la ventaja del sabor sobre el saber decide la nueva importancia de lo impresionante. Las emociones o su efecto al cerebro que en Margin Pilots denominamos hooks ® y que afectan a los sensores y conectan con puntos de recepción. De este modo, el desarrollo de lo sensible o lo emocional al conocimiento para la toma de decisiones.

La aplicación de la inteligencia en tiene diferentes efectos dependiente del origen da la misma, como ejemplo tenemos La inteligencia instintiva: son las cualidades fruto de la herencia genética. La inteligencia adaptativa: es la capacidad de sacar relaciones de causa-efecto, y obrar en consecuencia. Dicho de otra forma implica la capacidad de aprender de las situaciones y resolver problemas. En los seres humanos, y relacionado con el nivel de conocimientos, que permiten la actividad cognoscitiva mediante el efecto de las emociones lleva a la toma de decisiones a una dimensión muy superior.

La inteligencia emocional, da la respuesta a justificar a esas personas que sin ser altamente inteligentes, si tiene soluciones originales que les permiten destacar. La IE nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los de-más, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.

las emociones a menudo sobrepasan al pensamiento. En cierta forma, los seres humanos tenemos dos mentes, una racional - que piensa y reflexiona, y otra que siente - es impulsiva, poderosa y a veces ilógica. Estas dos mentes funcionan en armonía y equilibrio la mayor parte del tiempo, entrelazando sus diferentes formas de conocimiento para la toma de decisiones. La emoción se proyecta a mente racional, y ésta procesa si nos conviene o no la propuesta. Algunas veces los sentimientos y las situaciones de las personas pueden bloquear la mente emocional y dominar a la mente racional.

Salovey, psicólogo de Yale, cita 5 áreas principales de la inteli-gencia emocional:

1.- Conocer las propias emociones: la conciencia de uno mismo es la clave de la inteligencia emocional. La incapacidad de advertir nuestros auténticos sentimientos nos deja a merced de ellos.

2.- Manejar las emociones: esta es una capacidad que se basa en la conciencia de uno mismo; desarrollar esta habilidad, permite recuperarse de los reveses y atender los sucesos en la actividad empresarial.

3.- La propia motivación: enfilar las emociones al servicio de un objetivo es esencial para prestar atención, para la auto-motivación y para la creatividad para ser productivos y eficaces en el desempeño.

4.- Reconocer emociones en los demás: la empatía es una habilidad fundamental.

5.- Manejar las relaciones: el arte de las relaciones es, en gran medida, la habilidad de manejar las emociones de los demás. Las personas que se destacan en estas habilidades se desempeñan bien en su entorno de trabajo.

El manejo de las emociones es una habilidad en aplicación continua, es una de las herramientas psíquicas más importantes.

Según el diseño del cerebro, tenemos poco o ningún control sobre el momento en el cual que somos arrastrados por la emoción, o sobre cuál será esa emoción pero sí logramos el control sobre cuánto tiempo durará, podemos ajustar su efecto y cambiar la conducta. La Inteligencia emocional, si la conocemos la podemos modelar permite controlar las emociones que nos plantean problemas como por ejemplo un posicionamiento de ira ante un suceso, que puede crear un estado de conmoción y, que hace a la gente vulnerable a provocaciones. Lo que implica en este estado una mala toma de decisiones.

La buena práctica de la inteligencia emocional permite a las personas de perfeccionar cualidades imprescindibles para el desarrollo del management y como consecuencia el MÁRGEN como: Iniciativa, empatía, la adaptabilidad, y la capacidad de persuasión.

Aplicar la inteligencia emocional en la línea de fracasar o triunfar en un colectivo humano.

Los centros cerebrales primitivos de la emoción albergan las habilidades necesarias para desarrollar las habilidades y aptitudes sociales.

La IE es un proceso que dura toda la vida, y ella nos ayuda en la vida laboral, en la que no hay un puesto de trabajo de por vida, a desarrollar cualidades internas tales como: La flexibilidad, la iniciativa, el optimismo y la adaptabilidad.

Aprender a dotarse de competencia en: Respetar la relación con todos los individuos; Comprender todas las visiones de diferentes grupos; Considerar la diversidad como una oportunidad; Afrontar los prejuicios y la intolerancia

… y mucho de todo esto lo dice Daniel Goleman y que además para la puesta en práctica en una organización nos permite visitar: http://www.eiconsortium.org

(1) Ken Starkey y Nick Tiratsoo _ Cambridge University Press, 2007.pp.215-6)