Reestructurar los cimientos institucionales de la economía inmobiliaria y financiera. Esto significa adoptar medidas a corto plazo para aliviar la crisis pero diseñar también cambios a largo plazo que eviten el crecimiento de nuevas burbujas. Como puede ocurrir con la petróleo, cuando la reservas de crudo empiecen a subir de precio. Las reservas especulativas de petróleo se encuentran principalmente en tierra, y muchos prefieren dejarlas intactas a pesar de los precios elevados del crudo porque creen que los precios van a subir aún más, no a bajar. Es natural querer culpar de lo ocurrido a una combinación de personas e instituciones malhechoras. Pero si hacemos hincapié en echar la culpa a los demás perderemos de vista la auténtica solución al problema.

Otro asunto relacionado, que corre en paralelo al anterior, complica el asunto: desde hace varias décadas, se ha registrado una subida constante en la desigualdad económica en Estados Unidos, así como en otras naciones desarrolladas del mundo.

La mayoría de personas solo cuentan con un mínimo de protección contra los grandes riesgos económicos. Por ello el comportamiento del “crisissumer”, su estudio y como atender si demanda, solo es posible con una transformación de los empresarios marcándose nuevos objetivos en lo relacionado a: Productos y Precios. Para los necesidades primarias de la mayor parte de la población.

La crisis de las hipotecas subprime ha revelado cierta pobreza de ideas por parte de los líderes a la hora de pone en marcha las reformas necesarias para construir los nuevos cimientos institucionales. El crisissumer lo sabe. La tecnología de la información es el sello de nuestros tiempos el crisissumer sumergido en ella en formato información sabe tanto como los empresarios. Los datos consolidan la desconfianza y el distanciamiento del Crisissumer al MERCADO.

El empresario se enfrenta a un Mercado dividido en dos componentes: Las personas que pueden comprar igual antes, que disponen de recurso suficientes, incluso después de la crisis y las afectadas o Crisissumer®.

En ambos casos son varios los factores alteran la demanda de productos.

1. La desconfianza generalizada de que lo que se promete sea cierto.
2. La seguridad de que los precios entrarán en descenso continuo, para los productos prescindibles.
3. La inseguridad en los ingresos seguros por el empleo de asalariados.
4. La imposibilidad de comprar los que no tienen dinero Nonsumer®
5. La cantidad de capital que pasa a ahorro y entra en los bancos en vez de gastarse en el Mercado.
6. La desconfianza en los líderes políticos que no han sabido parar el endeudamiento de millones de persona.
7. La falta de Universidades que aporte formación para el management que requiere la crisis.
8. El desconcierto de CEOs que se enfrentan nuevos problemas, con variables desconocidas.
9. La desinformación de seudo-gurús, que desfocaliza la atención a sucesos peligrosos para la supervivencias de las empresas
10. La desatención del gobierno a los empresarios para ayudarles a adquirir conocimientos para sobrevivir.