mujer política Nadie se engañar a si mismo, en aceptar a personajes que forman parte de las organizaciones y merman las posibilidades de las mismas. Todos conocen a ejecutivos apoltronados en el confort de su categoría y que están porque “son”. O, los que les por la falta de conocimientos, toman decisiones o imponen decisiones erradas. Y, los que son artífices de crear su restringido grupo de “amigos” que se cubren entre todos y generan sus propios beneficios, a costa de los demás. Vivimos entre “mentiras vitales” (MV), para engañarnos y no admitir la realidad.

Las existencia de MV, están en las grandes corporaciones financieras, administración, cargos políticos y lamentablemente en la universidad. Las empresas, tampoco no se salvan, “muchos las consientes, y todos las conocen”, aún siendo palos en la rueda de la innovación y avance del talento. Envidia, celos y el miedo, crean fortificaciones ante el desarrollo constructivo.

Las personas hostigadas por la crisis, romperán la mentiras vitales en las organizaciones, fenómeno que se producirá entre el _2010-2015_, cuando el sobrevivir limará las resistencias. Quién no trabaje “para resultados” y el objetivo Margen, quedará evidenciado en su escondite. Será el desmontaje MV y la denuncia de ociosos y maquiavelistas. Inevitable, de lo contrario no habrá cambio, y el cambio es imprescindible para generar nuevas soluciones. Para poder tener una visión del futuro, hay que visionar el pasado, no de forma benévola y condescendiente y si con espíritu de análisis ante los errores cometidos y quienes los han provocado. Es el momento de evidenciar a los protagonistas, hablar con ellos para que decidan su camino.

La prensa y sus periodistas, tiene mucho que hacer en este campo, si a ellos recurren los los protagonistas silenciosos de MV.

Las transiciones como esta crisis, son inesperadas y paradójicamente, fenómenos revulsivos para sanear las organizaciones. Analizar los errores que hemos consentido y aprender de la historia. Los problemas que no se reconocen hacen imposible solucionarlos.

Una Mentira Vital clásica, es la de que los líderes de las empresas son “los mejores”. Esta afirmación puede encubrir grandes deficiencias y provocar el fracaso corporativo. Ignorar la realidad, por quienes perciben la verdadera es una situación injustificada, que solo el miedo al despido justifica. En el mundo laboral, las conspiraciones de silencio ante evidentes causantes de errores, es una realidad. Nadie quiere abordar problemas que todo el mundo conoce y ello distorsiona las relaciones. , según el artículo “Vital Lies” de W.Bennis, D. Goleman y P. W. Biederman.

Los presidentes y directores generales, deben de trabajar en detectar quién tiene en su entorno una arquitectura de MV. Desarrollar una cultura de franqueza y establecer reglas culturales que las eviten. La transparencia en épocas difíciles, es una necesidad incuestionable. La comunicación debe de aflorar, incluso esa información que es incómoda para poder corregir situaciones.

Los miedos en la vida laboral, ponen en riesgo la estabilidad familiar. La organización que consienta la incubación de Mentiras Vitales, no tiene cabida en la solución pro-crisis. Evitarlo es el trabajo, de toda Dirección General con visión global.