X_los 4 dedos del ecomista Para superar la crisis en un país con los indicadores económicos como España es necesario recurrir a fortalecer la autoestima de los millones de afectados por la avaricia de las personas que han atesoran grandes ganancias, rozando la ilegalidad en muchos casos y de una impunidad de la que aún se están beneficiando (no confundir con la codicia en que se cumple el atesorar). El ministro de trabajo alega ahora a la conciencia de los que segmenta como “financieros” a los que clama que deberían ser “buenos” y regurgitar sus riquezas a la sociedad otra vez para reactivar la economía. El cultura de este Ministro lo lleva a confundir a los financieros con rumiantes. ¡Nadie da nada a nadie… por la buenas”.

Otra cosa sería que el Ministro apelase a reconocer con humildad, que el gobierno que mandaba cuando él era alcalde, descuidó su función reguladora y educadora, consecuencias que hoy son un impedimento para el progreso.

El causa del mal es aún el tremendo número de personas que mantienen una actitud amoral respecto a sus cargos en el trabajo y en las empresas o instituciones, donde la actitud profesional se ha convertido en actos de robos y engaños ejerciendo desde su poder  la permitida avaricia. Nadie advirtió que se estaba perdiendo la conciencia social (la pata rota del neoliberalismo ) y que sin ella, se rompen los límites de la honestidad percibiéndolo en ciudadano (por lo de “votante”), que aún no ha empezado a reclamar, amansado por promesas incumplibles por los indicadores económicos del país. Esta es la preocupación de quienes hoy ostentan el poder y que se descomponen solo pensar que lo pueden perder.

No se solucionará ni se neutralizará  la crisis si todo que poderosos avariciosos mantienen y cultivan la destructiva: autoestima narcisista. Esta actitud los inhibe de toda conciencia y con ello el poder estar intranquilos o ansiosos por las conductas y los sucesos que han generado. No hacen ningún acto de introspección con lo que abortan toda posibilidad de poder evaluarse a si mismos, sus vidas y lo que están afectando con sus “no decisiones” a la de los demás.

… “La autoestima es la valoración que hacemos de nosotros mismos. Esta autovaloración es esencialmente íntima, personal y subjetiva, y se basa en nuestra percepción, más o menos positiva o negativa, de las diversas partes de nuestra persona y nuestra vida que consideramos relevantes”. [1]

Nada será posible si desde el ejercicio del poder no se establecen nuevas conductas de obligado cumplimiento que rompan la impunidad de los avariciosos que hoy por hoy están enrocados en sus instituciones. Son necesarias medidas de gran calado que alimenten a los cientos de miles de profesionales a volver a tener confianza en su país y en el Ejecutivo, para poder auto-regenerarse en una “nueva confianza entre trabajadores y empresarios” y poder afrontar los nuevos retos económicos en la imparable globalización.

La ausencia de explicaciones (o peor la infantiladas ministeriales [2]), que no informen quienes son los que han errado en los sucesos acaecidos, empieza a ser una barrera  para el “borrar y empezar de nuevo”. De no ser así, el ser humano (empresario, empleado o funcionario) que ha pecado de avaricia, se acogerá a encontrar una "su autojustificación" que minimice sus sentimientos desagradables que pueden están viviendo, y no crea necesario hacer, ni el acto de contrición de la autoestima porque la impunidad los ampara y ello les puede dar la visión de poder repetir otra vez la jugada con los incautos de los españolitos de a pie. No puede haber impunidad para las personas altamente cualificadas que se han colaborado en arrastar a miles de ciudadanos consumidores a un endeudamiento de por vida, ante estos avariciosos que han empleado un marketing deshonesto y amparado por un sistema educativo ausente de valores sociales positivos. ¡Que es toda una generación de jóvenes la que hemos puesto de rodillas ante su futuro!

Señor Ministro, usted que viene del pueblo y por ello lo entiende, haga ejemplaridad y denuncie con pelos y señales a quienes se han enriquecido y que ahora “inviertan sus ganancias en España”. Ponga en su sitio a los funcionarios que deben de trabajar para ayudar el país a salir adelante y, rodéese de primeros espadas que le ayuden en una eficaz toma de decisiones. Ayude a su presidente a superar el suspenso en economía como dice La Vanguardia en su editorial el pasado 25 de Agosto, en todo a mi entender constructivo.

[2] Fuente prensa; … En prensa aparecen estas declaraciones del ministro de Trabajo, la crisis actual "tiene un primer origen indiscutible, que es la avaricia financiera" "Y a mí me gustaría que algún responsable del sector financiero saliera algún día y dijera: ganamos mucho dinero en aquella época, pero probablemente nos equivocamos", ha dicho el ministro. El ministro de Trabajo ha argumentado que no se hubiese construido tanto en el Estado español si las hipotecas no se hubiesen dado "al 120% del valor" de tasación del inmueble y si no se hubiesen dado créditos para la adquisición de solares "con tanta facilidad".

[1] Definición del psiquiatra Luis Rojas Marcos.