“La inteligencia humana tiene que crear ficciones para aprender de la realidad”… Todo lo establecido como medios de vida por las últimas generaciones, esta cambiando de valores y de condiciones para disponer de ellos. La mayoría de las personas si hablan con su conciencia y analizan lo que está ocurriendo a su alrededor, ven que no tienen asegurada su situación económicamente de por vida, sobre todo en países que su gobernanza deja mucho que desear <España es hoy, el referente mundial>. Si además, no tienen recursos propios para atender a su tejido industrial, un suficiente nivel de investigación que pueda mejorar la competitividad y una ineficaz educación en la formación de sus nuevas generaciones. Es un cúmulo de negaciones de lo necesario, que es imposibilita "procesar inteligentes soluciones" sobre tanto error de base. Hay que imaginar, crear una irrealidad para poder ver el modo de conocer la realidad. Si nos basamos en lo real, no encontraremos respuestas racionales, como evidencia el ingeniero Joan Majó, estratega empresarial y de la política industrial, en su último libro: NO M´HO CREC¡ En el que recoge el confusionismo que aún esta inundando las mentes inteligentes para entender y recomponer los derrumbes originados por la crisis y que recomiendo su lectura por su mensaje apoyado en datos y singulares ejemplos comparativos.

La inteligencia procesa información, inventa situaciones y proyectos, construye mentiras, evalúa sucesos y mantiene estas actividades mientras se precise. La inteligencia “busca”, es su trabajo, hasta que el propio individuo le ordena cognitivamente otra tarea. Es una proceso sin fin de razonar dando vueltas a la información que tiene en la memoria en pensamientos formados por datos o experiencias. La conciencia es el motor para activar la inteligencia. Los resultados dependen del modelo mental que cada individuo tiene y las deducciones dependen de este modelo que se ha formado con el aprendizaje y los conocimientos que ha asimilado durante su vida.

Ahora bien, ante problemas desconocidos, el modelo mental no está preparado para dar respuesta a los requerimientos solicitados. Es el momento trascendental de poner en marcha la “Inteligencia creadora” [1], para procesar interviniendo el mayor número de datos y conocimiento posible. Como yo lo entiendo es crear en base a lo conocido y establecido, como el concepto de innovar que es hacer evolucionar algo concreto para buscarle más utilidad o hacerlo más competitivo. Pero hay que ir más lejos, la situación requiere un desafío a la inteligencia para buscar nuevas soluciones y de forma urgente.

“La inteligencia humana tiene que crear ficciones para aprender de la realidad” Sabe que son ficciones, pero las utiliza como si no lo fueran, y lo más sorprendente es que el resultan eficaces”. Es aplicar la teoría de Hans Vaihinger Philosophie des Als Ob, es decir, filosofía del como si>. Hace casi cien años este filósofo alemán ya discutió que los seres humanos nunca pueden saber la realidad subyacente del mundo, y que con lo que nos sucede organizamos justificaciones para los hechos que suceden, “encajando” el mundo en nuestro modelo mental para intentar entenderlo. El caos económico aún se está digiriendo por millones de personas, aunque con seguridad <creo yo>, un segmento de la sociedad sabe que ha ocurrido y por qué  ahora, y a dónde nos lleva los coletazos del neurocapitalismo, con su imparable carrera en la revolución tecnológica consumista y la internalización de los mercados.

La inteligencia es el tema estrella del siglo XXI. Para solucionar los nuevos problemas, conocer como funciona la inteligencia y el proceso deductivo para la toma de decisiones es la puerta para lograr alternativas que permitan retornar a la mayoría de las personas que dependen de su trabajo, a un “nuevo estado de bienestar”, diferente la vivido pero que permita evolucionar socialmente. La situación de cambios y la rápida alteración de lo establecido como bases de la economía, sitúa a las personas ante su futuro incierto y en una posición de incertidumbre para emplear nuestro tiempo en buscar la solucionar egoeconomía. Como la primera necesidad de la sociedad consumista que es ganar dinero mediante actividad económica-profesional que se realice, para emplearlo en comprar los complementos vitales que le permita al individuo vivir él y/o con su anillo familiar.

[1] Término que utiliza José Antonio Marina, en su libro <Teoría de la inteligencia creadora>