¡Hoy tengo un mal día! A mi amigo y colega Toni Osias, el gran gladiador con coraje ante su ELA
Miro a mi entorno y me duele lo que veo. Visualizo el futuro y solo se justifica que tarde en llegar. La ilusión de la gente con la que convivo profesionalmente se está ensuciando, por situación de crisis que los va a joder a diestro y siniestro. No hay joven con el que hable, que quiera ver más allá de la próxima semana. Y, si miras a muchos de esos que están gobernando nuestros destinos, les importa un pedo lo que sea y suceda con la generación que heredará nuestro país. Y como prueba del nueve, está la actitud de esos políticos, que se evidencian como unos "demócratas" derrochadores.
Algunos muchos, ejemplarizadores de codicia y desvergüenza, (pero con coche oficial y presupuestos del Estado), sin respeto ni temor alguno como la frescura de algunos de informar de "forma legal al pupulacho, de sus "paupérrimos patrimonios personales", rozando en algunos casos a ni tener que hacer por el importe la declaración de renta.
Ya ves Toni, no entiendo casi cada de lo que pasa, pero tienes que seguir ahí, y me acuerdo de ti y de la serenidad con que te enfrentas a la realidad.Ayer en un programa del periodista Mikimoto, sobre la vida en Grecia, y que venia a decir justo en el lugar donde en el donde juzgaron a Sócrates, “la sociedad y la democracia sigue igual de injusta porque la corrompen los hombres” y eso que en aquella época cada ciudadano votaba por si mismo en la ágora sin representantes políticos, como ahora ocurre. (Murió a los 70 años de edad, en el año 399 a. C. aceptando serenamente una condena e ingiriendo cicuta, como método elegido de entre los que un tribunal, que le juzgó, le ofrecía para morir por no reconocer a los dioses atenienses y por, según ellos, por corromper (Sócrates) a la juventud). Hoy quienes corrompen salen en televisión como tertulianos y ejemplos de que lo impensable, sí es posible en España.
Según Sócrates, todo dependía del retorno y respeto a la naturaleza (… el conocimiento y el autodominio habrían de permitir restaurar la relación entre el ser humano y la naturaleza). “Conocimiento y autodominio”. Lo uno lo ponen complicado ya que no se premia el saber y lo segundo es casi imposible, en esta época, ante la injurias a la dignidad de quienes solo quieren trabajan para sostener una familia y que progrese la sociedad de los comunes.
Hay dos personajes, interesantes de querer entender sus mensajes experimentados en ellos mismos. Bert Hellinger, ex misionero, postulante de las terapias familiares, en que prescribe que para solucionar problemas (nudos) uno tiene que busca en su interior los valores de su madre, que se reencuentre con ella y es una conexión con la vida y de hacerlo con el padre es la conducción a la vida social. Que el respeto es fundamental de hijos a padre “Jamás vi un niño zulú irrespetuoso con sus padres, con sus mayores, sus antepasados… ¡Sería inconcebible para un zulú hablar mal de sus padres! (*). En nuestra sociedad occidental, es todo lo contrario, estamos abriendo una gran fisura en la educación por donde se escapa la mala educación ha tomado las calles incubada en las propias familias, escuelas, universidades, empresas como un “el botellón al poder” y “el follar ante todo, y lo antes posible”. Y, la mayoría permanecemos como espectadores de esta anemia perniciosa… ¿ o no es así? y ¡cuanto saben los zulús!
El segundo el financiero Mario Conde, que reconoce que el poder subyace la vanidad, y que “El sufrimiento forja y creo que nadie que no haya sufrido debería ejercer poder”. Que aún hoy, se vence ante el valor de su Lourdes con la que aprendió a vivir, muriendo ella, como dice “Su muerte aniquiló mis ganas de vivir, estaba cansado. Pero hay unas palabras de Lourdes que me repito: "Mario, he sido muy feliz. Lo mismo que me ha tocado vivir una vida completa, ahora me toca esto" (*) . Si otra muerte tiene un sentido.
Conocimiento, autodominio, madre, sufrimiento… Y, todo eso para vivir en una democracia que aplasta. ¡Ah! , Todo se repite como dice Mikimoto…
Que jueces aquellos, que jueces hoy.
(*) Publicado en la Vanguardia.
Imprimir - 20 Oct 2009 Miguel Carrión 2561 visualizaciones
Amigo Miguel, entiendo que hoy tengas un mal día pero debes procurar que solo sea hoy , mañana será otro día y este debe ser un día eufórico, positivo, para buscar las mejores soluciones a lo que nos avecina.
Me quedo con la frase de Mario Conde: “hay que limpiar la mente a diario”.
A mi me preocupa esta situación por toda mi familia, no por mi, porque no tengo futuro, el mío está en manos de unos investigadores que no dan en la diana.
Creo que en nuestro interior todos llevamos algo de Madoff, de Millet y entre todos se ha llegado a esta situación. La ambición a cada estatus de querer más, aparentar más, ha roto un bienestar estable en el que estábamos viviendo según nuestras posibilidades. Los amos del dinero querían más dinero, pero de donde sacarlo, los trabajadores con sus ahorrillos no les llegaban para cumplir con sus sueños. La banca se dio cuenta y como amigo bondadoso abrió sus arcas. Los constructores como Aves de rapiña, fueron los primeros en aprovecharse con el ánimo de multiplicar sus beneficios por 50, por 100, por 1000, por infinito, para ello contaban con que los bancos con su generosidad iban a complacer las ilusiones de los trabajadores. De esta forma estos ahorrillos fueron inmediatamente a engrosar las arcas de los poderosos. Los trabajadores, como ilusos se dejaron deslumbrar sin pensar si eran capaces de devolver el capital más los intereses, hipotecando el resto de sus vidas, pero era igual había que vivir el hoy, hoy era el sueño impensable, piso nuevo, apartamento, coche, viajes, cenas. Todos queríamos vivir como ricos.
El dinero flotaba en el aire, había que conseguir favores, los gobernantes se corrompían, todo era una farsa todos caímos en la trampa. Que bonito fue mientras duró, pero llegó la triste realidad, los cimientos se derrumbaron, el dinero se acabó, los bancos se dieron cuenta que sus arcas tenían telas de araña, el dinero que habían dado tan generosamente tardarían muchos años en recuperarse, había ido a parar a otras manos. Se cerraron los préstamos, la construcción ha dejado miles de pisos por vender, algunos por acabar, miles de millones de euros en la UVI. Si no hay dinero para financiar,las empresas no pueden trabajar, despidos, cierres.
Los compromisos adquiridos por los trabajadores no se pueden cumplir, desahucios, desesperos, lloros. Culpables, todos, resulta que nadie quiere pensar más allá de la semana próxima, el temor les invade. Si en el hoy, de ayer, lo hubiesen pensado, posiblemente esta situación sería distinta. Si hubiésemos aplicado el “sentido común a nuestra realidad”, con la serenidad precisa para tomar decisiones la mayoría viviría más feliz.
Como dice Bert Hellinger, habríamos que volver a nuestros orígenes y añadiría conocer hoy como estamos y donde puedo y quiero llegar. A la gente sin ilusión yo les diría que piensen en su situación, el que se queja no sabe hacer otra que quejarse. Que no se rindan que busquen nuevas alternativas, la ilusión mueve montañas, solo hay una cosa que no tiene solución…
No busquemos culpables, todos hemos sido un Madoff y un Millet, esta experiencia debería servirnos para encauzar las aguas al río y dejar a nuestros herederos un mundo mejor.
Seguro que Sócrates se defendió como un león en su juicio, cuando le condenaron a muerte sabía que no había remedio, le quedaban dos soluciones, gritar, luchar, para que, mejor aceptarlo, serenarse y morir feliz, se tomó su cicuta. Mientras hay vida hay esperanza, pero por si acaso me estoy preparando.
Un abrazo
Toni