Ka. ka.´e.o, es el sonido del cacareo que oigo en todas las tertulias sobre si el gobierno ha hecho bien o mal, aplicando el poder de lo justo a la casta de los controladores aéreos o ¿tenía que haberlo hecho antes? Antecedentes ha habido en los EUA en el año 1981 donde el Presidente Ronald Reagan ante el pulso de una huelga, despidió a todos los 12.000 controladores aéreos, sólo 1.650 se reincorporaron a sus puestos de trabajo, cerca de 11.350 no lo hicieron y más de 10.000 perdieron su puesto para el resto de su vida. En nuestro caso el Gobierno de España ya sabia lo que tenía que hacer, tenía un modelo a replicar. Pero sigue el cacareo del siempre, la crítica a todo como la epidemia nacional que no podemos curar. Todos, menos la oposición que permanece muda, sin rechistar, ¿por qué será? Los comentarios jocosos de sus sesudos periodistas de la corte neoliberal llegan a decir que la medida la ha tomado el Ejecutivo para acallar otras de tipo social en curso de aplicarse. Y yo sugiero que destapado el bote de abolir los privilegios a cargos y profesiones que no ejercen con eficacia. Es el momento que los políticos valientes, la justicia y su fiscalía debe de emplear su poder de ley en los  desmanes que está ahí a la vista de todos y poner a caldo a todos los frescos que viven del cuento enfundados en derechos que ellos mismos se han forjado

con los años de afianzamiento en el oportunismo del poder. Es la oportunidad de eliminar privilegios de los que viven del derroche presupuestario consentido y con ello derivar el país a entrar lo antes posible en una necesaria austeridad espartana del gasto público y emplear los escasos medios disponibles para crear empleo como la prioridad vital.

Toda la sociedad debe de entender que hoy la energía y la inteligencia debe de focalizarse a forjar un nuevo cuerpo de élite en España: Los Nuevos Emprendedores. Necesitan el apoyo de todos el país que debe volcarse a favor de todos los promotores/as que tengan ideas innovadoras con oportunidades de crear puestos de trabajo y proyectos que mejoren la educación. La sociedad necesita adquirir valores y ética, y ello solo es posible con una formación profesional para recuperar las generaciones que llenan las listas de fracaso escolar, enseñarles para que aprendan a cómo crear sus puestos de trabajo.

Un una tertulia con amigos — hace solo unos días—, todos con puestos en la administración y aún con la creencia hoy convencidos de que su economía permanecerá estable, pase lo que pase en España (sueñan despiertos). Todos ellos son responsables profesionales que se han ganado a pulso sus carreras y superados oposiciones y no tienen problemas económicos para lo básico. Su mente neuroeconómica no tiene la necesidad de tener que cocer soluciones de supervivencia, ya que ni se plantean el tener riesgo de perder sus puestos de trabajo. Miro a mi alrededor y, así viven la mitad del país. Por otro lado, me comentan al mismo tiempo mis amigos economistas de Madrid sobre la situación del empleo allí y me dicen, mal, muy mal porque los resultados están enmascarados por los funcionarios: Mira Miguel —me explican—“Si se creara una lista de la capital del Estado, sacando fuera de las cuantas a los cuatrocientos mil funcionarios y cargos públicos, Madrid sería la comunicad con mayor índice de paro del Reino de España — y, yo me lo creo–  proyectando estos datos por supuesto a otras comunidades, basadas en la economía que genera la sociedad de los cargos públicos. Pensando en datos de puestos de trabajo activos, es decir, sobre los miles de funcionarios que ahí están sumando como puestos ocupados sin ser parte de las políticas activas de empleo que generan riqueza para las arcas del Estado. ¿Es que medio país, vive del otro medio? y del dinero prestado. ¿Cuánto empleo nuevo habrá que crear, para mantener todos estos otros puestos de trabajo dedicados a la administración y gobernanza? Tantos que es imposibles generarlos en el próximo decenio. Es evidente que hay que empezar eliminar privilegios que no aporten valor de futuro a la sociedad.

¡Qué te pasas Miguel, en tus reflexiones! — me dicen— sobre cómo crear empleo para los más de cinco millones que seremos en pocos años. ¡Qué las cosas se arreglarán! – me dicen –  Tal como se ha producido el tsunami, que ha arrasado la economía del empleo, volverá una nueva situación igual que la anterior y aquí paz y gloria como antes. Pues, —les pregunto— ¿en que os basáis para pensar así? ¿qué indicadores analizáis para visionar la llegada de soluciones? ¿conocéis los rankings del World Economic Forum? por ejemplo. ¿tenéis idea, de la carrera en cierres y deslocalizaciones de empresas que se están produciendo?, ¿sabéis que las empresas de España en su 80% son utilizadores de tecnologías o productos con patentes foráneas? y no como en Italia, que tiene un tejido industrial diseñado durante muchos muchos años, al revés que nosotros que por las ausentes políticas de productividad e innovación, ellos tienen un 80% de tecnologías y productos propios? Y sabéis lo peor para la sustentación de la economía del futuro y es qué las actuales generaciones se jóvenes están en un fracaso escolar de más del treinta por ciento. ¿Habéis percibido qué cuando cobráis vuestros sueldos, desde hace unos meses parte es dinero prestado?… ¡Pero Miguel! — responden, y tú ¿entonces cómo lo ves?—. Pues más que verlo, hay que palparlo en la calle y leerlo en los ojos de los muchos dirigentes de políticas de empleo, innovación e internacionalización, en el contacto del día a día, casi todos cortoplacistas que buscan dónde poder pillar un nuevo pesebre si el actual se les descompone y otros. Pero también en contrapartida empiezan haber personas responsables de la situación cada vez más, que hay predican que hay que  arrimar el hombro en las tres sociedades a reinventar para sustentar el país: La educativa, la financiera y la empresarial. Es decir un compromiso de cambiar la enseñanza por parte de los profesores, no impuesta desde arriba. Una nueva ética en la banca que se ajuste a la honradez social actual. Una política activa para ayudar a los empresarios de las pyme y las nuevas nano-empresas.

La sociedad política debe de fortalecerse y la sindical actualizarse. Si dos fuerzas se alinean en un objetivo común, los males de España como la especulación, la avaricia, codicia neoliberal y privilegios perversos, pueden barrerse y generar la nueva economía del empleo basada en la emprendeduría… la tarea del próximo decenio.