Las cosas no cambian si no existe la voluntad de hacerlo y un proceso para lograrlo “ENTRENAMIENTO”. Otros lo denominan ejercer el management, como la necesidad más urgente en las organizaciones públicas, por parte de loa mandos superiores, para que las personas que dependen de ellos, trabajan óptimamente en el desarrollo de sus funciones o quede evidenciada su incompetencia si no aceptan o superan una formación para: Cambiar el enfoque del trabajo hacia resultados; Asumir poder en sus responsabilidades y ejercerlas; Predisposición a desarrollar las nuevas habilidades que requieren la organizaciones públicas ante al cambio de modelo económico como consecuencia del declive del Estado del bienestar en España.

Los altos cargos en las organizaciones públicas son los únicos que pueden promover y deben de hacerlo, los nuevos procesos innovadores sean incrementales o radicales que modernice la gestión de todos los servicios y funcionalidades. Todos dependen de las personas que los manejan. Mucho es lo que hay que cambiar para elevar el grado de compromiso en aceptar la capacitación como la única salida que hace posible que la productividad converja en todos los departamentos de la administración pública como el más eficaz denominador común. Este cambio, que debe de implicar a la gente en sus puestos de trabajo y a los mecanismos con que están dotados; lo debe de percibir la sociedad en general: los ciudadanos, los propios empleados públicos y potenciales inversores extranjeros.

Nada inventamos, todos esta dicho sobre el entrenamiento y se concreta como el método y técnica que se utiliza para conducir a individuos a un “nuevo nivel de aprendizaje” en un tiempo definido. O, como “el proceso de dar poder a otros”[1]. Quién sea  ENTRENADOR ( En nuestro caso los altos cargos de los grupos A y B), para asegurarse tener éxito, deben de involucrarse en el proyecto como una prioridad nacional, aportar su conocimiento y entender y aceptar el proceso para definir las habilidades y técnicas que mejor ayuden a resolver los problemas. Los altos cargos de la administración como “Los mentores del entrenamiento como algo predominantemente vinculado a los talentos”[2] y con capacidades específicas ligadas a los resultados o el entrenador <alto cargo> debe de “cambiar el enfoque hacia los resultados del trabajo”[3] focalizado a lo básico en el desempeño dentro del trabajo y al desarrollo de las habilidades nuevas a adquirir. El entrenamiento también se concreta en que “permita aumentar el desempeño, el desarrollo y el cumplimiento” [4] Pero nada será posible y el cambio del pensamiento para la formación no se producirá, si no se centra la concienciación en la “dignidad de la personas y en su valor intrínseco”[5]

Los jefes deben de formarse a su vez para asumir el rol de “entrenador” ya que debe ser responsable de su propio aprendizaje en el cambio en la gestión de su organización y no puede cometer errores ante sus pupilos. Deben de aprender a definir para cada uno de sus colaboradores, el conocimiento concreto del trabajo y sus responsabilidades; tener habilidades para instruir y aplicar innovación para mejorar métodos y liderazgo para que su personal trabajo en equipo.

Para que todo esto sea posible deben de involucrarse las fuerzas políticas conscientes de que la reforma del sector público es una  necesidad urgente, y que solo está en al ámbito de los EMPLEADOS PUBLICOS hacerla, y deben de apoyar de forma determinante y efectiva a los altos cargos, para que gobiernen las administraciones, se sientan fuertes y no eludan el conflicto de despedir a quienes reúsen no formar parte del necesario entrenamiento para mejorar la productividad de los funcionarios.

ENTRENADOR ==>  INSTRUCIONES + INNOVACION + RELACIONES HUMANAS

ENTRENAMIENTO ==>  RESULTADOS + REPONSABILIDAD + HABILIDADES.

[1] Whitmore 1997; [2] Cranwell y otros, 2004; [3] Clutterbuck 1995, 2004; [4] Alexander y Renshaw ,2005; [5] Zeus y Skiffington, 2000