El cambio va a producirse. Las personas con talento, además deben ser audaces para aprender a captar a quienes se oponen al progreso. Comprenderlos y conciliarlos es el reto que con coraje se va a lograr ganar.X_Plato Huevo desayuno

Muchos son los cargos decisores en la administraciones públicas y en las universidades que aportan su talento en el desempeño de sus responsabilidades. Muchos más los que se limitan a hacer acto de presencia y abrazarse a la indefinición de tener que rendir cuentas se su aportación a dichas organizaciones, se limitan realizar un trabajo basados en “su verdad”. Y hay un tercer grupo de individuos que están anclados ocupando puestos de trabajo en dichos sectores que han llegado a ellos de la mano de un “colocador” o han empleado sus competencias para abrir las puestas de las oposiciones sin más interés que tener el modus vivendi resuelto y disfrutar de la bondad, la belleza, “su verdad” y la alegría de la “vida buena” por referirme a la definición aristotélica de de dignidad humana. Estos individuos tienen los días contados si los cargos decisores y los dirigentes de las universidades deciden aplicar una justa humanización en sus ámbitos. Las personas clave, deben de positivarse mostrando su lado humano y con ello empezar la transformación al cambio del siglo XXI. Explicar a todos sus pensamientos y objetivos innovadores, —que los tienen en su mente—. Optar no por discutir o imponer a los individuos atrincherados en “equivocada verdad” y si por CONCILIAR con estos. ¿Cómo reeducar a los que hay que retornar a la productividad social? Siendo audaces en querer hacerlo y aplicarse el coraje para ello.

Haciendo un trabajo individual y esta atribución la tienen los cargos decisores y evitar que estos no se afiancen en intereses grupales que defiendan con astucia las prebendas personales versus el interés general de la Administración y la Universidad. Es un pulso que mediante impartiendo una nueva y buena EDUCACION PROFESIONAL es posible vencer. La bondad de los objetivos innovadores y progresistas siempre tendrá el apoyo de la sociedad y esto es un supremo valor para que los integrantes con talento sean el origen y los conseguidores del necesario cambio. La conciliación, poner por delante el valor “personas” al problema que plantean los que se deben de humanizar el una necesidad para evitar confrontaciones. El futuro, el cambio a realizar debe de partir por el reconocimiento de la persona y conciliar con los que deben de cambiar su actitud profesional. Analizar con una visión en todas las direcciones en las que se permite actuar quienes está en contra de la optimización en las organización. Conocer en que cimenta su vivir en el error social, “su verdad” para desmontarla paso a paso. Todos las personas necesitan tener un “sentido” en todo lo que hacen. Cuando un empleado público o universitario no actúa en sentido positivo, es que no se le ha hecho entender que es exactamente se espera de él. En el caso de que lo sepa, lo entienda y no lo haga, en una sociedad humanizada por respeto a los demás debe de prescindirse del él.

Para el cambio a humanizar una organización debe de aplicarse un educación general y facilitar un aprendizaje para el progreso personal de los integrantes claves. Mejorar la condición de las personas para que de ellas mismas surja la pro actividad es la base de una organización humanista. No es posible llegar a un alto nivel de competitividad si no es mediante la intervención positiva del talento de las personas y deben de ser tratadas como seres humanos, no son cosas, no son:“cosas-funcionario” o “cosa-profesor”; y sí, personas con un “objetivo de vida” o una “motivación social”… “estar viviendo en un “error consentido”. El humanismo si se arraiga aporta las claves para que surjan valores que permitan la excelencia en las organizaciones.

Los cargos decisores en las administraciones públicas a mejorar sus funciones y a trabajar reduciendo presupuestos y en las universidades sus dirigentes serán los impulsores del cambio a mejor a lograr la excelencia y con ello la internacionalización. La innovación ordena la pregunta: ¿Y, ahora por qué no? La humanización plantea otra pregunta complementaria, a quienes deben de reinventase: ¿O cambio ahora ?, o los demás prescindirán de mi. El progreso está en la personas útiles. La economía del país puede soportar en el siglo XXI, ni derroches ni amparar a “pillos”.