Desde las empresas de maquila hasta las de servicios, pasando por todas aquellas que concurren como proveedoras ante los pocos clientes con capacidad de consumir que hay en España, estos exigen para comprarles a quienes actúan de proveedores que estos dispongan de una alta productividad que obliga  abajar los costes actuales (precio/hora) a límites nunca pensados nada más un año atrás, en los países del euro. Exigen sin paliativos que “hay que hacer más, con menos personal” o es inviable llegar a los precios de venta que estos clientes compradores exigen. Se ha abierto la veda, de que todo debe de hacerse más barato, en menos tiempo y con calidad excelente. Y, quién no lo haga así, se queda fuera de mercado y la consecuencia a corto plazo es cerrar la empresa con deudas inasumibles.

El tejido de la empresas pyme y la microempresa, en los siguientes meses va a seguir alimentando las listas del paro por las obligadas reducciones de personal a las que son obligadas por las políticas de compras tendiendo a pagar cada vez menos que ejercen las empresas y organizaciones (entre ellas también las AA. PP.) En este año 2012, el precio/hora debe de reducirse más de un veinticinco por ciento para entrar el el abanico competitivo. Hay que reducir en en todas las partidas que forman los escandallo. Una tabla de salvación es el Pensamiento Innovador no obstante, el desarrollo de las medidas innovadoras en los procesos y en los servicios, aún siendo radicales, tienen un tiempo de respuesta y el mercado neocompetitivo no espera y ni da plazo. ¡Te expulsa sin contemplaciones!, de ahí que la “cirugía traumática” sea la de desemplear a parte del personal, aún siendo este válido y competente. Situación que afecta de forma dolorosa a quién debe decidir la misma . Es un trámite decisorio que hay que decidir por el efecto perverso que provoca la necesidad de lograr ser competitivo sí o sí mediante esta reducción de estructura para bajar el coste de las misma de forma inminente y estar preparados por si hay que vender a nivel del bajo precio por la presión del mercado. Esta acción aplicada a la estructura de personal, por si misma aún no es suficiente ya que puede incidir solucionando la mitad del objetivo reductor. El resto del ajuste presupuestario, debe de lograrse afinando en los procesos, mejorando los sistemas, eliminado operaciones estériles y sobre adquiriendo nuevas destrezas y habilidades en consonancia con las exigencias nuevas productivas mediante la capacitándose realizando formación permanente se forma ineludible para aprender el cómo hacerlo. Y, esta es la parte de ajuste interna.

Otra segunda acción necesaria mejorada la productividad es la de extender las miras comerciales para captar nuevos clientes, aprovechando el marchamo a favor de la calidad-eficiencia en la temporalidad durante los pocos meses en que el precio/hora logrado es una diferenciación positiva en el coste producción y permite ofertar a precios de mercado (hasta que el mismo vuelva a forzar otro apriete de tuerca, como consecuencia de la presión del mercado globalizado). Este ejercicio debe forzar a que la dirección de las empresas visione la necesidad de innovar de forma sistémica y que amplíen sus acciones comerciales a nuevos territorios, y actúe en ambos objetivos.  Los dirigentes de las empresas deben de tomar decisiones de crecimiento tácito justo durante la temporalidad en que gozan de salud competitiva, para captar esos nuevos clientes por sus nuevos precios competitivos y sumar a la cartera de los fidelizados tradicionales. Pensando que hoy no se casa nadie con nadie, prima el precio sobre todo y la excelente calidad ya es un valor que se da por supuesto.

Son momento de incertezas,  en poder recibir ayudas financieras para pasar los baches de baja competitividad y olvidarse de las ayudas en subvenciones. Todo crea un paradigma  que crea la necesidad de tomar medidas traumáticas como la de reducir las platillas de personal. La cultura de los dirigentes de este target de empresas debe de actualizarse, buscar asesoramiento en quién ve el panorama del futuro inmediato para poder medir el calado de sus decisiones en la busca de la competitividad interna y para aprender a saber posicionarse en mercados globalizados, como una realidad que puede aplastar el esfuerzo realizado durante años en que la curva de competitividad no exigía un crecimientos en las mejoras exponenciales, como ahora ocurre . Asesoramiento, formación, relaciones públicas… actividades  que durante años, en el día a día de una empresa,  podían obviarse y ahora son de total debido cumplimiento. Perdura lo que es verdad y no nos engañemos, esta situación de crisis va a durar durante años. Es mejor habituarse a vivir en ella y trabajar para mejorar la productividad cómo el mejor salvavidas para para no perder la competitividad, ante los clientes del mercado potencial. Saber emplear el conocimiento y ponerlo al servicio de la acción. No trabajar con ideas a las que les sea imposible o inviable para desarrollarlas el tener que acoplarles acciones que estén fuera de nuestras posibilidades . Y, para mi como muy importante el aprender a no perder, es decir,  saber discernir los clientes que saben apreciar el esfuerzo competitivo que realizamos y eliminar de nuestro plan comercial a aquellos otros clientes que tienen por objetivo de forma sistemática el apretar en precios y condiciones, dejándolos que los “disfruten” nuestros competidores. Sacar de nuestra oportunidades comerciales los clientes que nos pueden matar, por obligarnos a forzar unos límites de competitividad que sobrepase la línea roja de nuestro margen márgen, que en definitiva es el objetivo mercantil  de una empresa.