Innovar sin tener consolidadas destrezas softskills , es imposible; el éxito depende de estas competencias transversales y sociales
Comprender lo que nos rodea (estar de acuerdo o no es otra cuestión) por parte de un grupo innovador es una necesidad, esta información es determinante para poder desplazar o neutralizar posiciones que pueden poner en riesgo un proyecto de innovación. Quién no quiere saber ni oír hablar de innovación son el muro
La voluntad para innovar no basta, hay que temer y, ello se aprende, las destrezas transversales que permitan realizar los proyectos de innovación para que acaben siendo útiles. La cultura de la innovación en España está por descubrir en muchas organizaciones y sobre todo en la Administración pública. Haber logrado un proyecto exitoso, normalmente por una iniciativa personal, no debe de confundirse con la Cultura de la Innovación. Una flor no hace verano, ni dos primavera. Una organización innovadora deben de tener un alto nivel de empleados que conozcan la ortodoxia de la innovación y asuman la doctrina de aplicarla. Hasta para encontrar u empleo es muy importante tener asumidas las competencias softskills y saber comunicar que se tienen asumidas como atributos clave.
Un equipo innovador, con su líder su experto comunicador, un coordinador y todos los miembros con competencias multidisciplinares aportadas por trabajadores de otras áreas, es la anatomía viva de una “célula para la innovación”. Equipos de trabajo que sí puede transformar una organización pasiva a una activa y luchadora para transformarla de forma sólida y profundamente en innovadora.
Un líder innovador, se consolida si formar parte de un grupo y comparte con generosidad sus destrezas, pasión y creatividad, creando así amigos clónicos que lo imitarán. La pasión de un líder es el denominador común junta con el afán de hacer nuevas cosas lo que lleva a la mejora continua en una organización. Un líder pone empeño, fuerza e ilusión en cada proyecto. Sabe superar con tenacidad y resistencia las dificultades. Imaginar que estas cualidades se transmiten a todos los miembros de un grupo de trabajo y otros grupos quieren también ser así para lograr autoestima y el placer del reconocimiento. Cuando este pulso aparece, es que ya hay brotes verdes de “Cultura de la Innovación” en una organización. Nada es fácil pero la tenacidad de la gente con talento son los que pueden superar los problemas de un proyecto de innovación, sobre todo si es de envergadura radical o disruptivo. Las cosas muy pocas veces salen bien a la primera. Un equipo es la clave para tomar decisiones arriesgadas y si se fracasa tener la capacidad resolutiva de analizar el porqué y enmendar el error. Ahí la importancia del responsable de comunicación del grupo, puede proteger al líder mientras reacciona afinando la definitiva solución sin tener que ser este en que de enfrente en primera persona a dar justificaciones. Un buen comunicador es fundamental en una “Célula para la Innovación”.
14 Abr 2014 Miguel Carrión