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¿Qué derechos y funciones tiene el empleado público? Algo sabido por todos en la  primera parte de la pregunta, pero obviado en mucho, en la segunda por los que practican clientelismo, ineficacia y corrupción. El empleado público desde su puesto de trabajo lo ve todo, pero muchos algunos obvian y se olvidan aquello de lo que no les interesa amparados en cerrar su conciencia en todo aquello que consideran que si lo discuten o denuncian asumen un riesgos personal como el de "caer mal" en su jerarquía.

Este es un mal arraigado en nuestro país que paralizar le mejorar en ETICA y creación de VALOR. Todos los que puédenos hacer algo por paliarlo, nos deberíamos  de avergonzar si no lo hacemos. Esta es la realidad y por esta actitud tendremos que rendir cuentas a las siguientes generaciones y la repulsa quedará en nuestra conciencia social. La solución es el CAMBIO en la actitud personal y profesional, hay que dejar es ser consentidores del mal es la: Honradez Pública. <Es probable que este prólogo puede molestar a algunos, pido disculpas, pero <refraneando "quién se pique, ajos come">.

Ya es hora de ponerme nombres a esta situación de forma racional y valorando la forma y el modo de hacerlo, es decir INNOVANDO en ÉTICA. Yo lo hago, reflexiono mucho, y para este acto “Paro para Pensar” (PpP),  como el mejor estilo mental aprendido que estudiando a Luís Racionero. También antes de tomar decisiones de riesgo donde se puede promover dolo a las partes implicadas, Paro  y releo al genial Antoine de Saint-Exupéry, donde las situaciones imaginarias superan la realidad; me ayuda a abrir esa parte de la mente que piensa en conciencia social y colectiva, aparcando el individualismo.

El empleado público es el actor singular designado para "administrar" el dinero aportado por la ciudadanía vía impuestos. Todas las contrataciones y  los proyectos que se generan pasan por la mente decisora del empleado público (EP); Nada es posible hacer si no se gestiona con un EP; Los políticos ejecutan sus ideas con el EP. El centro neurálgico de todo lo que pasa en la administración es el EP; En todos los puntos de la anatomía pública hay un EP. El empleado público, por comparar de forma amigable, es el sistema nervioso del cuerpo humano, sin él no es posible movimiento alguno ni funcionan los órganos.

Hasta aquí lo que es, pero para resolver hay que analizar innovando y para ello hay que generar filosofía de guerrilla, como diría la filósofa y ensayista María Garcés, con una pregunta clave: "¿Por qué obedecemos si podríamos no hacerlo? "Hay que crear una nueva filosofía para una nueva sociedad, una filosofía de humildad ambiciosa, de confianza en la palabra y el pensamiento… de guerrilla porque la filosofía tiene esta virtud que significa esta fuerza de abrir preguntas". Recordando a Descartes "para llegar a la verdad de uno mismo hay que olvidar lo aprendido, desprenderse de lo que propio para empezar a ser uno mismo". El empleado público debe de DESAPRENDER y poner nuevos retos éticos, incluso los que ha sido “contratado a dedo”, deben reaccionar y trabajar solo para la ciudadanía. "Pensar es siempre poder volver a pensar" dice Garcés, hay que salir de lo establecido, crecer en los márgenes del sistema, para poder abrirse a la voluntad del cambio, de “hacer nuevas cosas para llegar a tener mejores resultados” en la Administración pública. Todo esto es desarrollar el pensamiento innovador: INNOVAR.

Tres perversiones que paralizan el progreso en la Administración pública. Anomalías negativas en gran parte toleradas en la organización pública por estar promovida por los intereses de aquellos que se benefician de forma personal del poder influyente de políticos o jerárquico: políticos, directivos, jefes de servicio o simplemente gestores documentales. Las perversiones tienen cada una su peculiaridad o el estigma que las identifica y por ello identificables: El MENTIROSO, los compañeros que están en su entorno lo saben, lo intuyen o sin son observadores lo pueden detectar. Es la condición que posibilita ser CORRUPTO. La segunda es la TOLERANCIA, actitud de muchos empleados públicos para no poner en riesgo su estatus y prebendas; la egoeconomía de las personas prima y más en estos momentos de caos e incertidumbre se olvida la honestidad y la ética. La tolerancia asume la mala gestión cuando el EP ha perdido su objetivo como tal, se ha olvidado de su sagrado objetivo el administrar los intereses del ciudadano y en ningún caso obviar o colaborar con quienes trafican con el mal; <ver anexo I (*)>. La tercera perversión es la ausencia premeditada de CORAJE para ejercer cumpliendo el proponerse ser, cada día mejor servidor de la ciudadanía.

Es decir: neutralizar la mentira, ser intolerante ante la ineficacia y actuar con coraje como derecho. Los múltiples ejemplos de falsedades y espolio del dinero público y permisiva “vista gorda” por parte  ingentes consentidores con responsabilidad pública, genera la necesidad para “formarse y crear comunidades innovadoras para el cambio”, con este fin. Las contrataciones y facturaciones fraudulentas han estado o pasado por las manos de empleados públicas en todos los casos por ser la parte fundamental de la administración desde gestores a interventores. Proponerse decidir cambiar a la no tolerancia, aprender a hacerlo, es la competencia innovadora requerida para que cada profesional proceda a generar VALOR PUBLICO. Todos los derechos que tiene un EP en conciencia, son cuestionables si no es mejor profesional cada día en la dirección de la Transparencia y el Buen gobierno. 

El detectar la mentira, poner límite a la tolerancia y no tener miedo a emplear coraje. Sí se puede, y es una necesidad ante la transformación social que en el mundo tal como se va producción.  "Parar para Pensar". El convertir lo habitual en verdadero, es un juicio de valor antropocéntrico y conservador, que nos lleva a romper con el futuro de las nuevas generaciones. El derroche y la corrupción en la Administración pública, en un país tan endeudado como el nuestro, es engordar más la deuda pública y la losa que aprisionará el futuro en la educación, gestión de salud, medios de investigación y la cultura en general. Soportar a corruptos o a empleados públicos perversos es una patología insostenible. Muchos empleados públicos ahora están separados de su entorno, <es algo en lo que insisto con mis alumnas/os>, se refugia en el individualismo ente la posibilidad de evidenciar al mentiroso, ser tolerante ante injusticias administrativas y pasando inadvertidos por puro confort en sus derechos, antes que poner su coraje al servicio de la ciudadanía. No confundir el ego con la personalidad para gestar el cambio a una Administración Pública más eficaz. El buen gobierno, la transparencia y la innovación para desarrollarse, necesitan un estado aséptico de empleados públicos mentirosos y consentidores de estos. Para llegar a la verdad de uno mismo hay que olvidar lo aprendido, desaprender de lo que no es propio y es malo, para empezar e ser uno mismo y sentir orgullo de mostrarse ante la sociedad.

(*) Recordar contextualización básica: Ver anexo I, referenciado sobre lo establecido como ley (*). "Administración pública Conjunto de organismos y personas que se dedican a la administración o el gobierno de los asuntos de un estado. Actividad de este conjunto de organismos y personas"."Los funcionarios son trabajadores de la Administración Pública; el resto, es decir, el 22 % de tales trabajadores, trabaja para alguna administración pública". Más de dos millones de almas ejercen profesionalmente en la administración. Por definir de forma fácil: "La Administración Pública de España es el aparato de gobierno y gestión de los intereses públicos españoles. La Constitución de 1978 declara en su artículo 103.1 que la Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de: eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la Ley y al Derecho".   Toda la administración está gestionada por funcionarios públicos con sus deberes y derechos.

En siguientes post más sobre neutralizar la mentira, poner límites a la tolerancia y como ejecutar coraje para crear valor público.