X_caballitos_3 Qué bien tener quién nos lanza emociones para que compremos el concepto miseria económica, lograr conducir a todos los sesudos periodistas, comentaristas y economistas a debatir lo subyacente del mensaje al tratar de interpretar el paroxismo del significado de: “Economía sostenible”. ¿No se habrá equivocado el Presidente?, y lo que quería decir, era que la economía la tenemos que sostener todos los que no están bajo la élite protegida de los sueldos públicos y similares elegidos, que por ahora tienen aún tienen los beneficios que estar en un país en que la economía no se da por fallida. Lanzar emociones para que se forjen pensamientos en el cerebro de las personas. Es la práctica, de una instrucción de orden cerrado, que generan “los pensantes” forjadores de la comunicación para la conducción de masas, que trabajan para el poder ejecutivo, y que desarrollan, para tener bajo control al segmento masificado de ciudadanos, sobre todo desempleados, para que tengan algo emocionalmente nuevo cada día.

Que no lo tengan fácil para entenderlo, es el objetivo, y menos si recurren a los coros de los medios de prensa, radio y TV, con sus comentarios para que cada uno se elucubre su idea de los que puñetas, quiere decir “Economía sostenible”.

- Si acoplasen unos sensores de señales en la cabeza de las personas, los que se emplean en análisis neuroeconómicos, para detectar que parte del cerebro se activa cuando han escuchado, que el país, ¡ahora sí, va para adelante!, por que se aprueba una ley, la de la “Economía sostenible”. Con seguridad y respetando la neurociencia, es muy posible que el estímulo sea en la misma zona del cerebro que cuando te están explicando una historieta que intuyes que tiene un desenlace macabro, pero que el morbo te estimula a ver su desenlace.

- A mi, no me ha hecho daño el mensaje de los estrategas asesores del Presidente, con esta pieza emocional sacada del las chistera de la improvisación, para contentar la pueblo descubriendo una nueva economía conceptuada como si de una energía se tratase, por lo de… “ni se crea ni se destruye, solo se transforma”. Pero los datos que desprende la economía, entendida como: “ciencia social que estudia las relaciones sociales que tienen que ver con los procesos de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios, entendidos estos como medios de satisfacción de necesidades humanas y resultado individual y colectivo de la sociedad”. Son los que son, y como bien deben de conocer los asesores del Presidente. ¡No son sostenibles, ni de broma!. Simplemente con los dos indicadores básicos del balance económico del país: El desempleo de la fuerza de trabajo y el valor del PIB. Demoledores ambos, sin dejar de aumentar el primero y bajando sin solución de contención el segundo. Agravado por el progresivo endeudamiento de deuda pública, avalada por el valor de los impuestos que aún hay que generar cuando se active la industria y, que nadie en sus cabales se atreve a predecir cuando será.

- Estudiando lo que comunidad científica dice de la neuroeconomía, he llagado a deducir, para facilitar ni entendimiento que es el proceso de emplear, la inteligencia emocional para aplicarla a la toma de decisiones. Un palabro como “sostenible”, es atraer la atención y, añadiendo “economía”, ya es un lance a la mente de millones de ciudadanos de este país, que tienen fijada la mirada en le chimenea del Vaticano para ver en que momento sale la fumata blanca. Por que los ciudadanos necesitan sin más demora un Papa, en forma de líder económico que no invente térmicos sin sustancia dineraria detrás y si desarrolle: la Nueva Economía de España. Debe de ser bien estructurada y compartida por todas las élites y sociedades. Zapatero quiso decir: Todos tenemos que sostener la economía, pero le salió: La economía sostenible de nadie.