P1110092La gente necesita formarse siempre, durante toda su vida y sobre todo cuando como ahora hay un cambio de modelo económico generado por la convulsión de la crisis sistémica. Los profesionales en activo deben de estudiar para actualizar su conocimiento y aprender nuevas competencias. Quiénes no tienen trabajo también para poder estar preparados en las pocas oportunidades que surjan. Y, sobre todo los jóvenes que deben de preparase mucho más de lo que hasta ahora era habitual para poder significarse entre los miles que están en la situación de encontrar trabajo.

¿Quiénes son los que necesita formarse?

  • Los profesionales que tienen un trabajo: adquirir nuevas competencias para asegurar sus puestos
  • Los que han perdido el trabajo: adquirir nuevas competencias para reinventarse
  • Jóvenes que nunca han trabajado y tienen estudios: aprender competencial relacionadas con su habilidades innatas
  • Sujetos sin acabar la educación básica: sin formación nunca encontrarán trabajo
  • Inmigrantes con estudios [1]pero no reconocidos en España: formarse en cursos especializados sobre la materia que tienen conocimientos
  • Inmigrantes sin estudios: adquirir formación básica y especializarse en oficios

Pero la oferta para la formación competencial no llega aún al público objetivo para la cantidad de gente que debería de estudiar. Hay más de dos millones de parados que deberían estar aprendiendo de todo y sobre todo el idioma inglés. No es así, miles de cursos disponibles se quedan sin quórum. El mundo de la formación durante años en España ha tenido distintos canales según la disponibilidad económica de las familias. Los que han podido asistir a los santuario de prestigio para la formación como IESE, ESADE, ie Business School y una escasa media docena más. Otro selecto grupo de estudiantes

que para su formación han tendido el  lujazo de poder estudiar en prestigiosos centros en países avanzado en conocimiento (ambos grupos forman hoy la clase alta y media alta). Otros han utilizado la educación pública (no todo de calidad) y el resto focalizados a la Formación Profesional aplastada en gran parte por miles de centros que han dispensado docencia como si vendieran “píldoras circasinas” sin más efecto que tener a los estudiantes aparcados en sus clases durante unas horas. 

¿Por qué en España la gente mucha gente no tiene la voluntad de estudiar? A mi cuestión me preocupaba y más sabiendo con certeza que el individuo que no se forma queda encajonado en un mundo sin posibilidades de encontrar trabajo y lo peor que renuncia al potencial de poder creárselo él como emprendedor. Ahora creo saber cuál es parte de la causa. La formación competencial en España ha sido un negocio fabuloso para la mayoría de los promotores y no un fin para formar a la cantidad de sujetos que el progreso de la sociedad requiere. ¿Quiénes han sido cómplices de este desfalco? Muchos son los actores perversos: Los políticos permisivos confabulados con los agentes sociales entre ellos los sindicatos que se han lucrado gestionando de forma perversa la gobernanza de los fondos que para la formación profesional hemos pagado con una cuota especial[2]. Y la segunda es un problema de educación social que acusan los docentes que limitan su actuación a creer que el problema no va con ellos, Actúan como una casta superior en la que miles de ellos han perdido el oremus dedicándose a disfrutar de “la ensalada” de ejercer la parte cómoda de su profesión de forma egoísta en el yo ejerzo aquí y ahora, sin importante el nefasto futuro de las generaciones en deficiente formación. Su pasaporte por ser empleados públicos es que no tienen que responder de forma individual del fracaso escolar a la sociedad.

Hay que remover la conciencia de la sociedad educativa. Los profesores tienen que darse cuenta que su responsabilidad social no empieza y acaba en el número de discentes de su curso o cuando cierran la puerta de su clase, sino que tiene la amplitud de tener que llegar a todos los estudiantes potenciales que deberían también “estar en sus clases” y hoy están a miles “congelados” en situación inoperante de no estar estudiando nada. Por poner un ejemplo de la falta de visión, a mi entender, de los profesionales docentes (la mayoría funcionarios) con un comparativo con el colectivo sanitario. Si estos percibieran que hay millones de enfermos por el país enfermos que no fuesen al hospital, con seguridad lo denunciarían como una epidemia generalizada. Para los docentes el problema de que tener abandonando a millones de estudiantes, es como si no fuera con ellos.

Es labor de los docentes el participar en los medios de publicidad y redes sociales y motivar con mensajes para que la gente se anime a estudiar (cien mil profesores con esta actitud pueden mover a la masa de jóvenes inactivos). ¡Hay que estudiar! debe de ser su máxima diaria para sacar a estudiantes del anonimato social y se incorporen a la sociedad de la formación competencial y prepararse para poder ganarse la vida. El profesor formación profesional debe de estar al día de lo que demande el mercado de trabajo en el presente y aún en el futuro, informarse en el mundo empresarial para innovar en sus programas competenciales y preparar a generaciones de estudiantes para el futuro. Quién así lo haga se puede considerar un servidor de la sociedad del conocimiento.


[1]La población inmigrante tiene ya un papel relevante para ocupar puestos de trabajo cuando su formación y competencias se ajusta a la demandada. Sus exigencias laborales están más en sintonía con lo que buscan los empresarios que las pretensiones de la población autóctona.

[2] Este fondo particular proviene de las cuotas que las empresas pagan a la Seguridad Social mensualmente, las cuales ven descontado un porcentaje con destino a la formación de sus trabajadores. De este modo, en las nóminas de los trabajadores, también aparece reflejado ese porcentaje como cuota de formación