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Un cargo electo, por la responsabilidad que conlleva y la relevancia de las funciones que desempeña, sólo debe de ser ejercido por personas cualificadas para dicho cargo y que respeten el marco jurídico que regule el desarrollo de su actividad. El candidato a Alcalde tiene la llave para que esto se cumpla. Es sin la menor duda su primera obligación ante la ciudadanía: Concejales técnicamente preparados.

La recién nacida Ley 3/2015, de 30 de marzo (BOE del 31), reguladora del ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado. Estudiando la misma nos lleva a reflexionar sobre el ejercicio del alto cargo de la Administración Local, centrado en los Concejales y Alcaldes, en ella hay cosas lógicas que se deben de proyectar por ética al gobierno local y superar la vieja Ley de Régimen Local de 1955, en su artículo 78.1 en la que para ser Concejal solo se exigía “ser vecino, ser mayor de veintitrés años y saber leer y escribir, sin previsión ni determinación de que el Concejal constate competencia personal y profesional para el desempeño del cargo”. En más poblaciones de las deseadas la ignorancia técnica y falta de competencias del Concejal, ha concluido no resolviendo bien problemas e incluso multiplicándolos, con la consecuencia de perder la confianza de los empleados públicos a su cargo y el desencanto de la ciudadanía. Con la nueva ley en el caso de altos cargos este hecho puede ser perseguido por la justicia.

 

La ciudadanía debe de valorar todo esto antes de dar su voto y no confiar en la recomendación tácita de los partidos políticos que se mueven por intereses electorales para lograr el máximo de poder al crear sus listas que cada vez están compuestas por hombres y mujeres requemados por años de mandato. La mayoría de ellos y ellas, a través de la acción política tienen un modo de solucionar parte de sus vidas en la vertiente emocional y la económica y en muchos casos las dos cosas. La falta de oportunidades en el mundo laboral y personas que necesitan “realizarse” y solucionar se “modus vivendi”. Pecan de irresponsables quienes privan la representatividad a los intereses de municipio, o los confundidos en que por tener un nivel cultural e inteligencia ya “saben ejercer gobernanza”.

Quienes ocupan un cargo electo y el Alcalde sabe que están distantes de la maestría requerida, poner en riesgo de fracaso al equipo de gobierno y pueden arrastrar al Alcalde a cometer errores e irracionalidades. Igual que la inteligencia no asegura el sentido común, el tener conocimientos distintos a los requeridos para en una determinada área de gobernanza es un alto riesgo tener éxito es resolver su problemática. Por poner ejemplos sencillos un Profesor de instituto teniendo que gestionar Urbanismo; Médico gestionar el Mantenimiento o Economista promover políticas en Cultura… por poner ejemplos fáciles. El Alcalde no puede pero no debe de cometer este error al reclutar a sus Concejales por sometimiento a la idiosincrasia partidista.

El ciudadano espera eficiencia en la gestión de gobierno y desde el momento de ser elegidos los cargos. No se le puede engañar en que un Concejal deba emplear un tiempo activo de la legislatura aprendiendo con el consiguiente riesgo en cometer errores o demorar la gestión de las cosas por falta de preparación. El ciudadano no vota la “voluntad de servicio”, sí vota la eficiencia en desarrollar proyectos y dar las soluciones que requiere su población. El Alcalde debe de proponer en su lista de candidatos a expertos las áreas y temáticas como: Salud; Educación; Medio ambiente y el entorno; Cohesión social; Desarrollo económico versus a individuos que su activo sea solo la voluntad de estar en la política. Por eso el Alcalde que se coge a la estrategia de “Procesos Participativos” ampliado a toda la ciudadanía de una población tiene muchos más posibles candidatos eficientes para formar el equipo de gobierno. Pero muchos Alcaldes aun conociendo esta posibilidad se cierran en su arrogancia bajo las condiciones que le marca su partido.

Ya está en marcha la cocina del proceso electoral del que han de salir los Concejales y Alcaldes que regirán nuestros pueblos y ciudades los siguientes cuatro años. Es el momento de innovar en la forma de elección de cargos. Desarrollar “Procesos Participativo” para abrirse al ciudadano y contar con su opinión en ejes de actuación: Saber escuchar; Generar un Proceso inclusivo y abierto; Abriese a la innovación en los “cómos”; Generar autocrítica y evaluaciones propias y Usar las nuevas tecnologías para la comunicación con los ciudadanos (Redes sociales).

¡El buen futuro para una población se basa en la calidad de su Cultura Participativa!

Más 2ª Parte

Concejales y su conciencia para asumir el cargo; responsabilidades ante el ciudadano (y 2ª parte)