Si tu corporación es de las que están empujando el mercado, debes asegurar que todos los empleados entiendan y asuman su esencia. Pero si está situada en la zona de lucha del “Océano rojo”*, entonces la estrategia es generar una nueva esencia que ayude a defenderla. ¿El fin? satisfacer a los clientes. ¿El medio? los empleados.

¿Conoces el talante de tu esencia corporativa? ¿Cómo es? ¿Cómo la perciben los demás? ¿Es el resultado el que imaginas? La esencia es como un nuevo curso que hay que superar cada año, con otros profesores y otras asignaturas. De ahí que deba renovarse de cara a unos clientes cada día más exigentes y a un mercado cada hora más competitivo. En un entorno que cambia, o cambias también tu esencia o… ¡te quedas fuera!.

La esencia de una empresa es la suma de las personalidades de todos sus integrantes. Es la suma algebraica de todas las pasiones de sus profesionales.

Pero en la esencia… ¿qué sentimiento destaca más? Si es la ira, y entre sus miembros el miedo, la empresa no podrá luchar por la competitividad. Si la dirección se siente inamovible, estará pecando de orgullo. Invertir mucha energía en el reconocimiento de los directivos y mantener gastos injustificados, es pecar de vanidad. No tener seguridad en la valía de una organización, se traduce en envidia. La no innovación o el repartir más beneficios de los necesarios, es pecar de avaricia de cara a la vida de la corporación.

Que impere el miedo imposibilita avisar de aquello que puede mejorarse. No contener los gastos evidencia una corporación con gula. Por otro lado, el hecho de que los empleados se apoyen entre ellos para ocultar la realidad, poniendo en peligro a la corporación, y pensar más en uno mismo que en el beneficio del equipo, se convierte en lujuria. Perder el horizonte de los objetivos y no reaccionar ante los mismos, es una actitud de pereza profesional. Y ahora, con sinceridad… ¿Qué sentimiento predomina en tu corporación?

En estos tiempos, la misión de todos aquellos que forman parte de una corporación es tomar el control y seguir el plan de vuelo establecido para pilotar y consolidar el margen. En datos de hoy, la pyme catalana es la tercera por la cola en la UE-15 en lo referente al ratio producto por empleado y la octava en costes laborales unitarios (renumeración/ productividad). Cifras que evidencian la necesidad de superarse en las empresas y se empiezan a corregir gracias a nuestra misión.

Hay que reinventarse, hay que conocer el perfil ejecutivo que mejor funciona en la organización y ¡cambiar! Para mejorar, para avanzar, hay que descubrir primero el sentimiento dominante de tu corporación. ¿No es apasionante?

(*) “La estrategia del océano azul.” W. Chan Kim y Renée Mauborgne.