Innovación, Artículos de opinión
La egoeconomía de escala y los profesores
La egoeconomía de los aún poderosos sólo la puede alterar la creación de una nueva cultura intelectual y social que los comprometa con un cambio de mentalidad para una nueva gobernanza.
¿Quiénes pueden desarrollar estas nuevas ideas? Sólo el mundo intelectual y universitario. Hay que razonar cómo se puede impulsar la mente de los profesores universitarios que, con sus activos de conocimientos, puedan culturizar a financieros, políticos y funcionarios, que en nuestra sociedad son casi la mitad de los votos democráticos. Si estos grupos no cambian no hay posibilidades de afrontar las reformas requeridas, los recursos financieros y políticos que las empresas requieren, y muy especialmente la industria, sin olvidar la formación de las personas paradas para que, cuando retornen a mundo empresarial, lo hagan con valores para generar productividad.
¿Qué hay en la mente de los intelectuales y docentes que deba de ser estimulado para bajar al nivel de la realidad país y ayuden a la sociedad a reactivarse como compensación a los erróneos conocimientos y valores éticos que han trazado en la formación de sus discentes en las pasadas décadas? Alumnos todos formados por estos y que hoy son los que han causado y están causando el descalabro social. ¿Con que consejos pueden llegar los profesores al sistema cognitivo de las autoridades económicas, políticas y de la administración para motivarlos a cambiar las cosas?
Los avispados economistas, políticos y administradores sociales han pasado, la gran mayoría, por la universidad. Ahora han dado un golpe fatal al estado del bienestar, muchos de ellos hoy ricos y con suficientes recursos apalancados hasta el resurgir del próximo ciclo económico. El potente mensaje marketiniano de “cuanto más se endeuden las familias más ricas serán porque los pisos nunca bajarán de precio” ha superado, por su penetración en la mente de los millones de consumidores, a cualquier otro mensaje comercial lanzado hasta ahora. El por qué las personas se dejaron estimular por esta emoción y se hipotecaron es complejo de saber sin una neuroimagen de esa parte del cerebro que se estimula para esta tarea de ilusión hipotecaria. Ahora es el momento de crear nuevos mensajes como el de “ya está bien” y que calen en la mente de los sujetos que están en la posición de poder cambiar la situación.
Sólo la cultura y sus embajadores, los profesores, pueden, a mi entender, iniciar el retorno a lo correctamente social. Cualquier otra sugerencia será bienvenida pero hay que ponerse en marcha.
Imprimir - 18 Mar 2009 Miguel Carrión 2387 visualizaciones
Alumnos, profesores y psicologos: Nada vale si no se traza un futuro para el alumno o discente.
[Es mal alumno, exámenes excelentes, un, superdotado, diluiría esa “sobredotación”, estigmatiza]
Ni sobredotación, ni talento sirve para nada si no se emplea en utilidad para progresar. Talento según Pilar Jericó es: [Conocimiento, compromiso y acción] y en base a la experiencia añado [visión de futuro], además un autor de Global Margin Management con muchos años de experiencia como director comercial en una multinacional además añade [perseverancia].
Conocimiento, compromiso, acción, visión de futuro y perseverancia, los valores para poder positivizar el Talento en una empresa o de forma unipersonal.
Algunos maestros, están en un confort sin jerarquía del cómo ejercer, casos desde la primaria a las universidades, sus “productos” los alumnos van pasando de unos a otros en los consiguientes curso, sin ningún responsable directo del resultado de la formación integrales recibida .
No hay “malos alumnos”, si posiblemente actitudes de orientación equivocadas del porque tener que esforzarse en la escuela o en la universidad. Los exámenes miden la posición de media dentor de un grupo.
Los psicólogos no viven el componente socioeconómico que las personas deben de afrontar, su labor es entender que tipo de conducta tienen las personas comparados con la media o sus criterios y dictaminan correcciones.
La “sobredotación” se supera o consume con trabajo, es decir con actividades adyacentes que positivicen el potencial cognoscitivo. Por ejemplo: estudiando una carrera musical como piano en paralelo a la actividad habitual, método que forma y disciplina en que además de la capacidad intelectual hay que perseverar en habilidades para lograr resultados, o los deportes si el grupo es el adecuado forma a las personas y con mucha atención y cuidado as nuevas tecnologías de la información que con su alto riesgo para el entretenimiento puede confundir el futuro profesional.
Lo que es una situación con 8 años a los 14 puede ser de compleja y a los 18 consolidada. Todo decisión correctiva debe de someterse a lo que en el futuro se pretende ser y hacer y este es “nudo” que debe de etiquetarse consolidadamente para dirigir las acciones en esta dirección.
El entorno y la cultura del territorio si es el sujeto que estigmatiza en muchos casos entre lo deseado y lo posible. En intentar modelar en un tren en marcha que no tiene retorno a corregir acciones equivocadas. Tener objetivado el futuro y compartir este es fundamental para dirigir acciones.
En todo caso hay que aportar atributos y factores a las personas en formación como sugiere Heider y Kelley para evaluar cómo la gente percibe el comportamiento de si mismo y de la demás gente. Fundamental para contar la ayuda de los demás que en estos casos es imprescindible.
Aunque estudie además magisterio, nunca ejercí a nivel niños, si en formación empresarial y en el día a día en mi entorno tribal.
Una colega me dice…
En referencia a su artículo “La egoeconomía de escala y los profesores” creo que el problema de los profesores es más grave de lo que parece, con una carrera de tres años y donde la nota de corte para entrar no es alta tenemos lo que tenemos y no se puede pedir más.
Tengo un hijo que con 8 años tenía un CI de 150 pero que en clase ha sido y es un mal alumno. El niño nos decía que se aburría en clase y los profesores que no hacía nada, pero los exámenes eran excelentes y le bajaban nota por mala conducta. Con este problema visitamos a un psicólogo que después de un año visitándolo nos paso el informe con el diagnostico de superdotado. En la siguiente tutoría que tuvimos se lo comentamos al colegio y la conclusión fué que dejásemos al niño de tonterías que con el tiempo se diluiría esa “sobredotación” y sería tan normal que seguramente ni estudiaría.
Hoy en día sigue sin estudiar pq no tiene habito pero no ha perdido ningún año. Como madre me duele que el sistema sea tan bajo ya que los niños quieren estar integrados dentro de un grupo y ser superdotado estigmatiza.
Espero que no se le diluyan las capacidades y que consiga ser feliz y un hombre de provecho.
Entré en el AMPA del colegio para ver si desde dentro se podía mejorar alguna cosa y lo que vi en los padres tampoco me gusto, la gente normalmente no protesta por nada y parece ser que cada uno va a lo suyo que por lo general es cumplir expediente y trabajar poco.
Un saludo.