Educación, Emprendeduría, Artículos de opinión
INTELIGENCIA EMPRENDEDORA: 500.000 “Emprendedores nadones” en España son el potencial para salir de la crisis, ahí está el futuro económico y no en la queja sistemática… ¡basta ya!
Cambiar la queja por la terquedad en mejorar la ambición y el talento, debe de ser el objetivo de quienes tienen a su alcance movilizar las políticas de empleo. La sociedad española se queja, lo hace el político, el funcionario, el profesor, el banquero, y sobre todo los que están al frente de generar políticas de empleo por la evidente falta de medios, como he podido constatar en múltiples reuniones de trabajo con ellos. Si cierras lo ojos solo oyes: ¡Hay qué hacer algo! pero de ahí no pasa. El error fundamental de la atribución[1] que muchos de los cargos en el ejercicio de sus responsabilidades padecen, alarga y deja sine die las decisiones que este país necesita para reinventar la educación sobre todo la referente la emprendeduría el único medio para crear el marco de la creación de empleo (nadones), mediante incipientes pequeños negocios .
Las personas que se quejan, es porque están enfermas en el fondo de su conciencia y, muy bien lo saben, han sufrido un lavado de cerebro por parte de quienes las dirigen y la ssitema´tica neocultura que transmite la sociedad política que solo refleja sus deseos de hacer cosas y no la realidad social de que no llegan a desarrollarse. Todo ello obliga a ejercer una deficiente gobernanza y los funcionarios lo saben, pero deben de acatar sin rechistar automedicándose con la queja siendo esta la forma de desahogarse momentáneamente, aún a costa de engañándose a sí mismos, o poner en riesgo permanecer en sus puesto de trabajo. Lo peor de practicar el “deporte de la queja” es que tapona la necesidad de resolver la causa que genera la misma. En muchos casos como ahora en España, llevará a la clase media al caos económico y a los intelectuales progresistas a la melancolía. Sorprendentemente también, los millones de desempleados sin arte ni oficio que ejercer a la inanición por su congelamiento esperando un “no se sabe qué”. Por cierto los desempleados son los que menos se les oye quejarse, una situación inédita para los anales de sociología política. La peor queja es la que ejercen los intelectuales, la gente culta y la del periodismo barato, que todos dicen saberlo todo.
Enfrentarse a la realidad social, gritar lo que hay que hacer en el país y proponer soluciones y profesionalizar para la puesta en práctica de las mismas debe de ser la misión de la élite cultural universitaria con la ayuda del conocimiento de los empresarios. De ellos debe de surgir el nuevo modelo económico, deben de salir de la espiral en limitan a explicar la historia pasada una y otra vez, culpando a sus protagonistas pero olvidando que ellos han sido también los actores que lo han permitido. Predecir el futuro inmediato y establecer acciones para trabajar. Hoy aún eluden el diseñar el modelo a seguir y mucho menos a denunciar a quién hay que desautorizar por incapacidad manifiesta y eso que por su cultura, conocimiento y competencias, muy bien que lo saben qué, cómo hacerlo y solo falta mojarse en quién en ves de cubrirse con la queja.
30 Abr 2011 Miguel Carrión